Tu y las Flores
Sentada en el ventanal
tenias un ramo de flores,
se exhalaban los perfumes
y lucian los colores.
Tu rostro cerca de ellas
con ternura angelical,
todo en perfecta armonia
de belleza sin igual.
La hermosa presentación
del regalo vegetal,
sumada a tu juventud
eran un sueño ideal.
Tu mirada fascinante
llena de paz y dulzura,
tu piel fresca y rosada
buscaban la aventura.
La voz se me hizo melodía
y la palabra canción,
y en el conjunto de versos
volqué allí mi emoción.
Parecía un cuadro pintado
que la naturaleza inspiró,
se irradiaba una luz fuerte
acompañada de amor.
A quien esperabas muchacha
para hacerlo muy feliz,
sería a un príncipe encantado
o a un hombre simple al fin.
Te vi y me enamoré
de tu alma y corazón,
quisiera ser colibrí
y entonar cual ruiseñor.
Leonardo (Arieh Yehudah) Grinberg. Israel, 03/09/08.
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